ÉXITO = CAPACIDAD + PREPARACIÓN + ESFUERZO +
VOLUNTAD
CAPACIDAD.
Todo el mundo posee capacidad, pero no
está distribuida igualitariamente ni de manera predecible. Esto es válido tanto
para nosotros los entrenadores como para los jugadores. Muchas veces la
capacidad es un don de nacimiento, pero eso no garantiza ningún éxito. El desafío
no es el tener capacidad, sino desarrollar y utilizar la capacidad que tenemos.
PREPARACIÓN.
Podemos utilizar nuestras capacidades
mejor si invertimos en prepararnos. El talento virgen sólo puede transformarse
en capacidad mayor a través de un proceso de preparación consistente y
persistente. En el fútbol, esta preparación se denomina entrenamiento. A través del entrenamiento apropiado, los jugadores se vuelven
más veloces, fuertes, capacitados, hábiles, seguros de sí mismos mentalmente fuertes.
Pero aunque es importante desarrollar una capacidad mayor, el hacerlo no garantiza
la victoria en una competencia.
ESFUERZO.
La capacidad desarrollada alcanza su
potencial cuando es expresada a través desafío de la competición. Dicha expresión
se logra cuando el esfuerzo mental y físico nos permite utilizar cada gramo de
nuestra capacidad. Aún así, muchas veces los jugadores llegan a las etapas
finales de la carrera agotados, habiendo dado todo lo que ellos creen posible,
pero necesitando un poco más. ¡En el mundo del fútbol como en todos los
deportes, esto se llama… el momento de la verdad!
VOLUNTAD.
El momento de la verdad es real, tanto
en el deporte del fútbol como en la
vida. Es el momento en que uno cree que ha dado todo lo que puede, pero se da
cuenta que se necesita todavía más para alcanzar la victoria. Muchas
competiciones se ganan o se pierden en
este momento decisivo. Algunos son jugadores
capaces de utilizar una fortaleza interior para hacer un esfuerzo aún mayor que
el que creyeron posible.
Estos jugadores usan su voluntad y tienen el poder de
utilizar su reserva personal una y otra vez de ser necesario. Los
jugadores y los equipos alcanzan el éxito cuando se entrenan duro para
desarrollar su capacidad, se esfuerzan todo lo posible en la competición y
demuestran la voluntad necesaria para
exigirse más allá de los límites impuestos por ellos mismos.
Muy a menudo, los entrenadores y jugadores perdemos la
oportunidad de experimentar el orgullo y la satisfacción del éxito porque le
damos demasiada importancia al ganar. Más a menudo, los entrenadores y
jugadores perdemos la oportunidad de ganar porque no logramos primero ser
exitosos.
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