JUGAR EN ZONA

Esta semana la rueda de prensa de algunos entrenadores ha dado mucho que pensar a los medios y sobre todo a los jugadores. ANQUELA  entrenador del GRANADA C.F, a pesar de haber ganado, ha dado par de un palos a sus jugadores donde decía que “ lo importante no en lo individual sino lo colectivo”. Igualmente en ese mismo encuentro el entrenador del CELTA DE VIGO, PACO HERRERA decía  públicamente que el partido lo han perdido ellos en las dos aéreas, ósea, mensaje de indisciplina colectiva.
Sobre este tema quiero dejar este comentario de condiciones y necesidad.

JUGAR EN ZONA

Las condiciones para jugar en zona no solo son psico-culturales. Antes que nada es importante el material humano con el cual trabajamos. No obstante, es una actitud de disponibilidad de los jugadores respecto a este sistema de juego. Existe la necesidad de una adhesión convencida. No porque sea más difícil que otros sino porque implica una absoluta concentración, mucha sincronización de movimientos, un deseo de aprender superior a lo acostumbrado. Es cierto que no existen jugadores más o menos adaptados a la zona, pero si bien es cierto que algunos tienen requisitos absolutamente indispensables, otros tienen defectos difícilmente eludibles.
Un individualista, por ejemplo, crea problemas de integración dentro del grupo. Un jugador  portador congénito del balón no elimina su defecto en poco tiempo. Naturalmente, son solo algunos ejemplos pero indican porque los entrenadores que nos gusta jugar en zona nos orientamos hacia jugadores caracterizados tipológicamente. Orientación que, no solo se detiene en el aspecto futbolístico. A los entrenadores por supuesto que nos gusta los jugadores técnicamente bien dotados, pero particularmente estamos más atentos a las afinidades humanas y de carácter. “Nos interesa el hombre” es la frase mas definitoria e frecuente. A SACCHI le gusta decir “los jugadores buenos son tantos, pero no se puede decir otro tanto de las buenas personas”. En efecto, pensar en zona, es decir, en un sistema de apoyo reciproco implica una evolución mental, no un asalto al adversario o el primitivo reclamo del balón, sino la racionalización mas amplia de la relación espacio-tiempo en cuyo interior se mueven mas componentes: el compañero antes que nada,: después el balón y por último, el contrario. De aquí desciende la especificad democrática del juego en zona. La división de las tareas responde a un reparto de la responsabilidad que aligera dar la angustia individual, pero que obliga a cada uno a no marginarse jamás. El concepto básico es que todos trabajan para el equipo y el trabajo de equipo lograra cualificar las características individuales de cada uno. En grupos con tales afines desaparece la figura señera del juego, EL LÍDER, ese líder que crea perjuicio al grupo. Nadie lo es más que el otro, pero todos deben serlo. Líder es aquel que en la fase en que tiene el balón, pone a uno o más compañeros en condiciones de jugar mejor con él. Asimismo, líder es aquel, en espera de recibirlo, logra ponerse con mayor facilidad de jugada al poseedor de balón. Para jugar en zona es necesario una mente abierta.