Los desafíos deben ser realistas, adecuados a las competencias que tienen los deportistas en cada momento, van evolucionando durante la temporada, con la convicción de que se les marcan metas posibles de alcanzar con trabajo, esfuerzo y constancia.
Para ello, no basta con dar una charla motivadora, o poner un vídeo motivaciónal. Hay que trabajar aspectos concretos:
¿Crees en tu equipo?, Transmite la creencia de que es posible afrontar los desafíos que se plantean, porque hay con qué hacerlo.
Transmitir y fomentar Respeto: Respetar a la persona, más allá de sus acciones o ejecución deportiva .Respeto a las reglas deportivas y normas de convivencia, sistema de valores del club al que pertenecen, etc.
Reforzar positivamente: Las correcciones que indicamos deben estar centradas en la actuación o en la ejecución, no en la persona. Si algo se hace mal, no es por ser torpe, si no porque está mal ejecutado, trabaja sobre las acciones concretas.
Practicar la escucha activa: implica respeto, comprensión, genera confianza, ya que la persona a quien escuchas se siente atendida, comprendida, única en ese momento.
Fomentar la reflexión y la paciencia: enséñales lo que hacen, hazles conscientes de su ejecución, que aprendan a valorarla ellos mismos con criterios objetivos. Ayúdales a reflexionar sobre cómo evolucionan.
Se transparente: que te vean venir, sin sorpresas.
Resultado: Tu equipo te sigue, porque le das confianza a cada uno y a todos y les marcas desafíos posibles y adecuados, con la convicción de que tienen capacidad para alcanzarlos.
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