Una de las preguntas que muy probablemente se habrán formulado los jugadores en más de una
ocasión será, Doctor, ¿mi orina tiene buen color?, si la respuesta es: “Parece zumo de manzana”, indicará que los
jugadores ha seguido bien las pautas de hidratación marcadas por los
servicios médicos de su club.
2 LITROS PERDIDOS POR ENTRENAMIENTO
Durante el Congreso
Nacional de Hidrología, celebrado el pasado noviembre en Madrid, el Dr. Luis
Serratosa, perteneciente al equipo médico del Real Madrid, explicó el
Plan de Hidratación que siguen los jugadores con el fin de preservar su rendimiento tanto
en los entrenamientos como en los partidos.
Está demostrado que la
deshidratación es un factor importante en el descenso del rendimiento
deportivo. Y es doblemente trascendental en deportes de larga duración,
tal es el caso de un partido de fútbol. Durante los entrenamientos, por
supuesto, es un aspecto que también adquiere una gran importancia,
especialmente cuando hace calor y/o hay humedad.
La pérdida de líquidos por
sudor durante los entrenamientos de los jugadores es de una media de 2 litros.Se trata de una
pérdida notable que debe remediarse, ya que basta que un deportista sufra una
deshidratación de sólo un 2% de su peso corporal para que su capacidad
aeróbica, su técnica y movimientos -sprints, saltos, driblings, remates…- se vean
afectados. Todo ello incrementa también el riesgo de lesiones.
PLAN INDIVIDUALIZADO
Además de afectar a
las funciones motoras, los efectos de la deshidratación hacen mella igualmente
en la actividad mental, influyendo de forma negativa en el
rendimiento cognitivo: estado de concentración, toma de decisiones,
agudeza visual…En deportes colectivos como el fútbol, la falta de fluidez
mental puede tener graves consecuencias si tenemos en cuenta que los jugadores
muy a menudo deben decidir en milésimas de segundo hacía dónde chutar o a quién
pasar el balón.
Para evitar llegar a
semejante situación crítica, los responsables de velar por la salud del equipo cuidan hasta el más mínimo detalle la hidratación de sus jugadores.
Así, por ejemplo, durante
los viajes los jugadores tienen siempre bebidas disponibles en el autobús y el
avión, donde a causa del aire acondicionado el riesgo de deshidratación es
mayor.
Aunque existen unas normas
generales, cada jugador sigue un plan individualizado en base a sus características
debido a que el grado de sudoración y la pérdida de líquidos varían según cada
persona, en función de su morfología, peso, adaptación al calor, predisposición
genética, etc.
También cada jugador
dispone de sus propias botellas, una medida que sirve para medir con exactitud
la ingesta de líquido de cada uno y también para evitar posibles contagios.
CONTROL DE PESO Y COLOR DE LA ORINA
El color de la orina y el
control del peso corporal son los indicadores utilizados por los
médicos para evaluar el estado de hidratación de sus jugadores.Antes de los entrenamientos
(o por la mañana) y una vez finalizada la sesión, cada jugador se pesa y mira
el color de su orina. Se procede de la misma forma en los días de partido.
Si la orina no es oscura y
tiene color amarillo claro o de zumo de manzana es un indicativo de que el
jugador en cuestión está bien hidratado y le bastará con beber entre 400 y 600
ml de agua durante las horas previas al ejercicio.Si, por el contrario, el
color de la orina es muy oscuro indicará la existencia de cierto grado de
deshidratación y se le pautará la ingesta de líquido conveniente para
remediarla.
Después del ejercicio los
jugadores vuelven a pesarse y su grado de hidratación se deduce calculando el
peso perdido en función de la cantidad de líquido ingerido y el volumen
eliminado por la orina. En base a ello se le da la cantidad de líquido adecuada
para lograr la rehidratación y preservar su salud.
Con el fin de lograr una
rápida rehidratación, resulta útil tomar algún snack salado (almendras, chips…)
ya que su contenido en sodio ayuda a retener líquidos.
NORMAS GENERALES
Antes del entrenamiento o partido:
Durante las 4 horas anteriores al esfuerzo, y con el fin de garantizar
una normohidratación de los jugadores, se les indica beber agua del orden de
5-7 ml/kg (entre 400 a 600 ml). Dicha ingesta, que no debe hacerse de golpe
sino de forma repartida, puede realizarse también durante las dos horas previas
de empezar a entrenar del orden de 3-5 ml/kg.
Durante los entrenamientos o partidos:
Los jugadores beben 150 ml cada 20 minutos. En los entrenamientos es una pauta
fácil de seguir y sirve para recuperarse y recibir instrucciones del equipo
técnico. Durante los partidos, lo habitual es que beban o intenten beber
durante las interrupciones por faltas, parones por lesiones u otras causas.
Durante los tiempos de descanso:
Beben de 400 a 500 ml. El objetivo es que los
futbolistas finalicen el partido con la menor pérdida de líquidos corporales
posibles y contrarrestar las pérdidas por sudor.
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