TODOS DEBEMOS TENER NUESTRO RINCÓN DE PENSAMIENTO

jueves, 25 de enero de 2018

LA CULTURA TÁCTICA



Antes de empezar a trabajar con un equipo en los aspectos tácticos concretos hay que asentar muy profundamente en el equipo, en toda la plantilla de jugadores, unas pautas de conductas generales en las que ha de asentarse todo el trabajo técnico-táctico posterior. Hay que modificar una forma de vivir, una forma de pensar, una forma de sentir, para luego trasladarlo a una forma de jugar. Para conseguir este áurea de motivación hay que tener una metodología personal importante.

La misión que debe tener un entrenador es crear siempre una buena cultura táctica en el futbolista. Para sentir, asimilar y desarrollar bien una táctica, primero hay que tener una buena cultura personal. La cultura táctica lo es todo: es enseñar al jugador a interpretar, a sentir, a leer todas las situaciones del juego; sobre todo viene cifrada en haber dado el futbolistas muchísima información táctica (proceso que lleva una gran cantidad de tiempo) para que al final sea él quien decida en cada momento del juego.

El jugador no tiene que perder nunca el valor cognoscitivo del juego bajo ningún concepto.  Que no se trate de una inducción a una respuesta, sino que debe tener un abanico de respuestas que el entrenador plantea al jugador para que él elija la más adecuada, o que elija otra respuesta de ejecución que no es de planteadas previamente pero que también es correcta y eficaz; en este caso el jugador habrá inventado una respuesta que tiene sentido, lo que es todavía mejor.

La cultura táctica parte de la razón del juego. Hay que crear la inteligencia táctica para seleccionar la respuesta. Lo importante es que el jugador busque una razón del porque hacer las cosas, aunque las haga mal en cuanto a ejecución porque le puede salir mal un gesto técnico, pero que no se equivoque en la intensión, que elija bien, que elija bien el porqué, aunque no le salga bien luego lo demás.

El jugador ha de conocer el porqué de cada cosa y para esto hay que conocer el juego. El porqué solo se puede conseguir cuando uno cuenta con argumentos. En ese porque del jugador es donde tiene que estar la cultura táctica. No es importante que el jugador aprenda fundamentalmente a jugar con tres, cuatro o cinco defensas,  jugar reduciendo espacios, jugar marcando en zona o al hombre o marcaje mixto, independiente de esto, lo importante es que el jugador sepa resolver cualquier tipo de situaciones por sí mismo, cualquier tipo de situaciones, basado en una buena cultura táctica.

Al final todo está relacionado con la ejecución, si la ejecución es mala no se consigue nada. La táctica es la razón para hacer las cosas y la técnica es el medio de ejecución.

Desde la perspectiva metodológica hay que buscar algo que parezca difícil: hay que crear en el jugador la motivación para que encuentre sentido en el trabajo táctico que realicemos y que se sientan implicado en ellos. Antes de meterse en planteamientos tácticos concretos hay que buscar argumentos para crear en el jugador un estado de necesidad por conocer el juego, que sienta la necesidad de saber porqué y para que juega. Porque sin esto no sirve de nada meterse en trabajos tácticos. Si el jugador no es receptivo ante el trabajo táctico se estará produciendo el efecto contrario, cogerá manía a algo que para él será el mapa sobre el que podrá conducirse.

Por ello hay que conseguir la motivación adecuada para que el jugador este despierto, atento y que reciba el trabajo táctico con gusto. Respecto a las correcciones tácticas, si el jugador no está motivado correctamente las asociará a un ataque personal, como si alguien quisiera hacerle daño, cuando en realidad lo que se pretende es de mejorarlo y ayudarle para que él sepa manejarse. Pero si no están motivados se enfadan como si uno hiciera las correcciones de forma peyorativa y quisiera deducirles delante del grupo su estatus, cuando es todo lo contrario: ayudarles a través de conseguir la motivación para que el jugador se haga pregunta y mejore.

 Dentro de la cultura táctica hay que hablar de tres conceptos puntuales: inteligencia táctica, memoria táctica y habilidad táctica.


 La inteligencia táctica

Reside en el razonamiento de lo que va a realizar el jugador, en la prevención de situaciones antes de que éstas se produzcan. Un jugador inteligente tácticamente es aquel que en un partido “viscoso” sabe ver con claridad cuáles son las pautas a seguir, y esto está relacionado con la lectura de las situaciones que han sucedido, las que están sucediendo y las que pueden suceder a partir de lo acaecido hasta el momento. Es un jugador que descifra bien los acontecimientos y que puede transmitírselos en un momento determinado a sus compañeros, porque no es suficiente con que lea todo, sino que tiene que inducir a los demás a modificar un comportamiento táctico.

La Memoria táctica

Es un concepto mucho más arraigado en lo personal, a través de determinadas situaciones que a uno le van sucediendo. Es algo irreflexivo que los jugadores van ganando por sí mismo. La memoria táctica todo el mundo la tiene, se puede tener más o se puede tener menos. Cuanto más información se haya tenido, la memoria táctica del jugador será más y mejor. Se puede decir que la memoria táctica es crear experiencia de las situaciones vividas relacionadas con el juego.

La habilidad táctica

Es más difícil de definir. Está  relacionada con la gama que el jugador tenga para resolver las situaciones que se le presentan durante el desarrollo del juego. Se trata de la cantidad de posibilidades que cada uno le encuentra, por si mismo, a la misma situación.
Un jugador con habilidad táctica es aquel que sabe plantear muchísimas soluciones al mismo problema, si luego, además, elige bien ya se trata de un jugador excepcional en este aspecto.
La táctica tiene que pasar necesariamente por la compresión y para comprender algo tenemos que tener la información adecuada sobre ello en relación a los siguientes conceptos: ¿Por qué?, ¿para qué?, ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿dónde?, y ¿quién o quiénes?, esta es la clave. Todo esto lo tiene que explicar y razonar el entrenador, también se lo tiene que preguntar a sí mismo el propio jugador para comprendedlo y se lo tiene que preguntar al técnico cuando quiera alguna aclaración.

JAVI BLANCO

Referencias bibliográficas.
(Training fútbol).
(Fútbol táctico).

(Estructura y dinámica del juego).

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por su comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.