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jueves, 19 de mayo de 2011

POCO FÚTBOL Y DEMASIADA POLÉMICA


Por fin. Pasó el carrusel de clásicos y con él 390 minutos con siete goles, mucha polémica y muy, muy poco fútbol. Esa, sin duda, ha sido la peor noticia de todas. Analizándolo fríamente resulta que, después de cuatro partidos seguidos, el más decisivo de todos fue el primero. No el del Bernabéu, sino el que se jugó el pasado mes de noviembre y en el que el Barcelona aplastó al Real Madrid de Mourinho por 5-0. Aquella goleada ha provocado en gran medida la imagen que hemos vestido del equipo blanco durante los cuatro partidos. El Madrid, inspirado en los temores de Mourinho, le jugó con miedo al Barcelona en todo momento. Sólo durante los primeros cuarenta y cinco minutos de la final de la Copa los blancos salieron a jugarle de tú a tú al Barcelona. A pesar de todo, el resultado del combate se podría decir que ha sido nulo. Una victoria para cada equipo y dos empates. Sin embargo, el Barcelona ha salido como vencedor moral después de certificar la Liga con el empate del Bernabéu y meterse en la final de la Champions League. 
Si la apuesta de Mourinho fue la de defender y dejar en un papel secundario a sus grandes estrellas (Özil, Cristiano, Benzema…), Guardiola, más que nunca, le dio el mando a Messi. El argentino lo ha hecho todo para el Barcelona a lo largo de los cuatro clásicos. El gol de penalti en el Bernabéu, las ocasiones en la final de la Copa del Rey, los dos tantos en la ida de la Champions, su verticalidad en la vuelta en el Camp Nou… El Barcelona, ahora mismo, es FC Messi. El ‘10’ lo acapara todo: Los goles (49), las asistencias (17 en Liga), las ocasiones... Todo esto ha relegado a un segundo plano a Villa, uno de los mejores delanteros del mundo. ‘El Guaje’, al contrario que ocurrió con Ibrahimovic, sí ha entendido a la perfección que este Barcelona se mueve alrededor de Messi. 
En el plano individual, Mourinho sabe que ha acortado distancias con el Barcelona de Guardiola, pero todavía hay una gran brecha. El Barcelona, como dijo el propio Mourinho, “!es un producto acabado, mientras que al Madrid le falta mucho para serlo”. Y es que sin central ni lateral izquierdo, el Barcelona fue capaz de sacar la eliminatoria adelante ante el Madrid. No importa que se caiga una pieza. La que entra rinde al mismo nivel. Eso es lo que falta al Madrid. El equipo pagó cara la falta de Carvalho en el tercer partido. También echó de menos a Pepe en la media hora que jugó con diez ante el Barcelona. Roja o no (mi opinión es que no debería haber pasado de amarilla), el sistema de Mourinho se vino abajo sin el portugués. Sin Pepe en el campo, ningún jugador se hizo cargo del marcaje de Messi. Una prueba más de que este Madrid todavía necesita mucho trabajo. El año que viene pinta que Madrid y Barcelona volverán a jugarse los tres títulos entre ellos. Esperemos que haya más fútbol y menos polémica.
Volviendo a lo terrenal (Barcelona y Madrid están en otro mundo), nos preparamos para vivir el sufrimiento por no descender. Ahí destaca el Deportivo, hasta hace muy poco ‘súper’. Sin dinero, los de A Coruña no han podido sacar un equipo de garantías. La cantera tampoco ha surtido futbolistas capaces de evitar pelear por algo más que la salvación. En el lado opuesto se encuentra el Levante, el gran milagro de la temporada. Luis García ha sido capaz de crear un equipo a partir de retales de otros. ¿Alguien daba un duro por los levantinos a principio de temporada? Yo, no. Sin duda eran carne de cañón. La base del éxito está en saber mantener a un entrenador con un gran futuro. Luis García subió al equipo el año pasado y éste le ha tenido cerca de Europa en las últimas jornadas. Otro técnico que destaca es Manuel Pellegrini. El chileno, sin duda, se confundió al decir que no iba a disputar el partido del Bernabéu. 
El equipo fue humillado con 6 goles y su puesto tembló. Desde entonces, el Málaga ha sido otro. Baptista es una auténtica ‘Bestia’ y el equipo ya sabe a los que juega. Sobre él y un buen entrenador, como lo es Pellegrini, se debe construir el técnico del futuro. Y es que como se ha visto en el Almería, de nada vale cortar cabezas sin ton ni son. Lillo, Oltra, Olabe… Demasiados entrenadores para un equipo sin una idea clara de juego. El cóctel perfecto para irte a Segunda. 

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